Procuró usar la noche cómo aliada, era mucho más fácil esconderse entre las sombras del pasado, que se asociaban con este presente clandestino.
No había mucho tiempo que perder, elucubro en soledad la estrategia que la sacará de esa situación, cada día contaba en reversa, el tiempo cruel verdugo parecía refregarse las manos entre sí, a la espera del mínimo error que la empujara a los brazos de la muerte.
La vida y sus laberintos interminables de destino, marcaba para ella un solo rumbo, caminar sobre la cornisa con precipicios de ambos lados.
Años sintiéndose visceral, extrema, intensa, dueña de la soledad de sentirse sola, con la espalda atosigada de responsabilidades, suyas y ajenas.
Para facilitarle el caminar el tiempo amigo cordial de visisitudes extremas decidió darle una oportunidad y obligarla a demostrar su amor propio, sentenciandola a pelear
No hay comentarios:
Publicar un comentario