Me escabullí entre las sombras de la media tarde, aciagos pensamientos hacían que te buscara entre los transeúntes que deambulaban hundidos en sus ilógicos pensamientos diarios, los veo como zombie que caminan en busca de quien sabe que, pues sus miradas perdidas parecen no encontrarle sentido a nada.
Tentado por la gula sexual que me inunda busco saciar ese apetito voraz que me carcome animandome a todo. La cercanía de tu casa acrecentaban las endorfinas de mi adrenalinica misión de saciarme de placer en brazos desconocidos.
Ahora entiendo que es lo que busco, algunos colman sus ansia con fútbol, otros con ginmacia, los mas estrafalarios con deportes extremos, en cambio yo...
Busco escondido detrás del los últimos destellos de sol ese cuento que me invite a soñar un horizonte perfecto, que me produzca calma, que me de paz y que calme el ardor de que produce el fuego de un corazón desalmado.
Las grandes perdidas endurecen los sentimientos, petrifica la piel, agudiza la vista cual casador al asechibde su próxima presa, se corren los limites de lo posible obligándote a desandar los senderos yermo de la desolación, el alma congela los sentidos para no sufrir tanto y es entonces cuando se desprende del cuerpo para caminar a un lado y no dentro de uno.
Toda esa situación hacen que el acto parezca, irrepetible, inconsevible para los demás, unico para mi, define mi escencia, me dibuja de cuerpo entero como soy, con más defectos que virtudes, y no encuentra sociego sin el riesgo de vivir al limite.
Otra historia me espera a la vuelta de la esquina, detrás del telón de ese escenario que es mi vida en donde no me importa vivirlo como el ultimo acto poniendolo todo y resguardando solo mi corazón pero no de los demás sino de mi mismo.
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